Tras mi parto no reconocía mi cuerpo

Me llamo Mirian Muriel Lambarri, tengo 34 años y he sido amatxu hace 10 meses.
Actualmente estoy super contenta por varios motivos. El primero y más importante es que tengo un niño guapísimo y sano y por otra parte porque he logrado cumplir dos objetivos que me propuse al comenzar las clases de posparto con mi matrona: he conseguido mi peso de antes de quedarme embarazada y tengo relaciones sexuales con mi pareja sin sentir dolor, ¡es estupendo!

Tras el embarazo mi cuerpo cambio muchísimo, me miraba en el espejo y no me reconocía. Sabía que tenía que dar tiempo y tener paciencia pero había días que anímicamente me encontraba mal. Aunque ahora puedo quitarle importancia, en ese momento no podía me veía fatal….me sentía feísima….sobre todo al verme desnuda.

Los hipopresivos que me mando realizar Olga (30 diarios), ayudaron a que mis órganos poco a poco volviesen a su lugar de origen. Vi como poco a poco iba perdiendo volumen y ganando esa cintura que había perdido durante el embarazo.

Por otra parte la matrona nos pesaba semanalmente y nos hacía recomendaciones alimenticias. Esto a mí me ayudo a cuidarme de no comer cosas que no debía, todo hay que decirlo, no me he privado de nada, pero todo en su justa medida. Además de los ejercicios hipopresivos para rehabilitar el suelo pélvico he estado utilizando Boltex en días alternos.

La verdad es que es genial porque notas que con el tiempo los músculos de la vagina van ganando otra vez la fuerza que con el parto habían perdido.

Sin darme cuenta a la vez que iba solucionando mis problemas físicos, mi ánimo también iba cambiando, me encontraba muchísimo mejor.

A los nueve meses después de tener a mi niño pedí vez con mi matrona para que me diese el alta. En esa consulta entre las preguntas que me hizo, salió el tema de las relaciones sexuales, y le comente que aún tenía dolor al tenerlas. Yo le había estado quitando importancia. Pensé que era algo normal después del parto y que se pasaría con el tiempo. El hablarlo con la matrona fue un acierto. Me miro y vio que los músculos de la parte izquierda de la vagina estaban totalmente contraídos. Con cuatro citas más soluciono mi problema.

La maternidad para mí ha sido un regalo maravilloso pero tengo que decir que es duro si se te presenta algún “problemilla”, que suele ser lo más habitual.

Yo animo a todas las chicas a hablar de ello, muchas veces le quitamos importancia o nos da apuro hacerlo. Hablarlo con un profesional es el primer paso para poder solucionarlo.